Me gustaría compartir contigo cuatro de estos aspectos cruciales pero manejables desde el ámbito personal, que adecuadamente regulados pueden derivar en beneficios para enfrentar los escenarios a los que nos enfrentamos a diario.
Rencor. El rencor, ese sentimiento de hostilidad y mucho resentimiento que se tiene hacia alguna persona que en algún momento de la vida te ha causado un daño o simplemente te ha ofendido, es un sentimiento que sólo ocasiona efectos negativos para tu vida, tu tranquilidad y tu equilibrio emocional. No es fácil evitarlo, pero si trabajas en manejarlo, en minimizarlo, lograras mejores relaciones interpersonales y con seguridad tu mente estará abierta a aprender nuevas cosas de cada persona, incluso de los que menos piensas. El rencor se convierte en una energía negativa poderosa que puede limitar tu crecimiento personal y que puede afectar tu equilibrio emocional.
Odio. El odio es otra de las energías negativas que perjudica tu equilibrio personal. Es un sentimiento profundo e intenso de rechazo hacia alguien, muchas veces sin justificación alguna, que puede llegar a incitar el querer hacerle daño a esa persona o simplemente desear que le ocurra algo malo. El odio consigue ser tan negativo en ti mismo, que puede propiciar situaciones adversas en la ejecución o en los resultados de tus actividades. Libérate del odio y lograras tranquilidad y paz en tu interior, de esta manera no invertirás tu valioso tiempo en pensamientos contraproducentes y en su lugar tendrás mayores oportunidades de centrarte en lo que verdaderamente te añade valor, ya sea en tus proyectos personales o laborales.
Pero no todo son energías negativas, existen también algunas actitudes que se transforman en energías netamente positivas y poderosas que favorecen un buen ambiente de predisposición para afrontar las diferentes situaciones en la vida. Hablemos un poco de dos de ellas.
Positivismo. Enfrenta cada momento con la energía positiva suficiente y el convencimiento de que puedes lograr tus objetivos, en la actividad que sea y que decidas afrontar. Si no es así, mejor no lo hagas, tu mente predispuesta al fracaso sólo logrará dicho efecto y adicionalmente habrás perdido las energías invertidas, el esfuerzo en vano y sobre todo el tiempo que pudiste utilizar eficazmente en lo que realmente te apasiona, disfrutas y estas con la disposición adecuada de lograrlo.
Autocontrol. No dejes que las situaciones te “saquen de casillas”, trabaja y concéntrate en conservar la calma, aún ante las situaciones más adversas, de esta manera hallaras soluciones. La mejor forma de conducirte al fracaso es perder el control sobre ti mismo. Imagina que caminas sobre una línea de ladrillos, sobre un muro, pierdes el control, entonces caes, fracasas, así funciona. Cuando logras manejar adecuadamente tus emociones, tus sentimientos y no reaccionas ante provocaciones o adversidades de manera instintiva, has conseguido el autocontrol, entonces tus energías se podrán canalizar en la búsqueda de elementos que te ayuden a resolver circunstancias.
Seguramente encontraras muchas más actitudes que puedas trabajar en ti, que te ayuden a fortalecer tu personalidad y equilibrio emocional, para solventar escenarios de tu vida personal y laboral. Pues te invito a que empieces ahora y porque no arrancar con trabajar y cultivar estas 4 energías poderosas.
Te invito también al debate, a que te animes a proponer más aspectos que consideres críticos y gestionables para mejorar los caminos de la vida…
Pero no todo son energías negativas, existen también algunas actitudes que se transforman en energías netamente positivas y poderosas que favorecen un buen ambiente de predisposición para afrontar las diferentes situaciones en la vida. Hablemos un poco de dos de ellas.
Positivismo. Enfrenta cada momento con la energía positiva suficiente y el convencimiento de que puedes lograr tus objetivos, en la actividad que sea y que decidas afrontar. Si no es así, mejor no lo hagas, tu mente predispuesta al fracaso sólo logrará dicho efecto y adicionalmente habrás perdido las energías invertidas, el esfuerzo en vano y sobre todo el tiempo que pudiste utilizar eficazmente en lo que realmente te apasiona, disfrutas y estas con la disposición adecuada de lograrlo.
Autocontrol. No dejes que las situaciones te “saquen de casillas”, trabaja y concéntrate en conservar la calma, aún ante las situaciones más adversas, de esta manera hallaras soluciones. La mejor forma de conducirte al fracaso es perder el control sobre ti mismo. Imagina que caminas sobre una línea de ladrillos, sobre un muro, pierdes el control, entonces caes, fracasas, así funciona. Cuando logras manejar adecuadamente tus emociones, tus sentimientos y no reaccionas ante provocaciones o adversidades de manera instintiva, has conseguido el autocontrol, entonces tus energías se podrán canalizar en la búsqueda de elementos que te ayuden a resolver circunstancias.
Seguramente encontraras muchas más actitudes que puedas trabajar en ti, que te ayuden a fortalecer tu personalidad y equilibrio emocional, para solventar escenarios de tu vida personal y laboral. Pues te invito a que empieces ahora y porque no arrancar con trabajar y cultivar estas 4 energías poderosas.
Te invito también al debate, a que te animes a proponer más aspectos que consideres críticos y gestionables para mejorar los caminos de la vida…
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